Las aves plaga son observadas por ciertas personas como animales innocuos para el ser humano; son portadores de un vasto número de agentes patógenos y por tanto difusores de enfermedades.
La histoplasmosis, provocada por hongos que crecen en las heces secas de las palomas, con síntomas similares a la gripe; la ornitosis, causada por un virus; la salmonelosis, causada por una bacteria que se encuentra las heces frescas de todas las aves (atención: restaurantes, con mesas al aire libre). Además, también trasmiten la toxoplasmosis, encefalitis, ewcastle, aspergilosis, etc.
Los excrementos de palomas depositados indiscriminadamente por estas aves en cualquier parte, balcones depósitos, graneros, mesas, cocinas, estatuas, terminan contaminando alimentos, etc. Además, estas aves son huéspedes de piojos, garrapatas, chinches, pulgas y ácaros, pudiendo estos parasitar luego en humanos. A su vez, son un grave peligro cuando se encuentran cerca de los aeropuertos, debido a una posible ”ingestión” por parte de una turbina pudiendo producir un grave accidente en los despegues.
La paloma es principal “ave plaga”, seguida del gorrión. NO ESTÁ PROTEGIDA POR LEY ALGUNA; POR EL CONTRARIO SON CONSIDERADOS PLAGA NACIONAL.
Planes de control: Todo plan de control debe pasar antes que nada por una instancia de plan integrado, en donde se INTENTA minimizar las fuentes de alimentación y agua, así como la destrucción de lugares de anide para comenzar a desmotivar las bandadas.
Disuasivos: fijación de planchas con pinchos que lastiman a las aves en los puntos favoritos de percha, obligándoles a cambiar de lugar. Trampas tipo jaula, engomadas, electrificadas, como forma de intentar espantar el grueso de las bandadas.
Reductores de población: cebado de las bandadas con cebos tóxicos,
carbamatos agudos que producen la muerte casi instantánea de los
individuos. Este sistema debe hacerse con suma precaución debido al
peligro potencial que representan dichos cebos, tanto por niños,
animales domésticos y aves NOO BLANCO.